lunes, 27 de octubre de 2008

PIDIENDO LIMOSNA

Llevo días sin hablar de política, en parte porque cada día de aburre más y en parte porque tengo tantas cosas que contaros que hablaros sobre la lamentable "colla" de indocumentados que dirigen este país me hastía.
Se que algunos de los que me leéis en silencio, diréis, que no tengo razón y que más penosa es la oposición (y no seré yo quien lo niegue), pero lo de ZP y sus secuaces parece de camarote de los hermanos Marx, delirante.
Empeñados en negar la evidencia, y después de cuatro años haciendo migas con los personajes "más influyentes" de la esfera de internacional, nos encontramos con un país que se resquebraja económicamente y cada vez más aislado en lo que significa las potencias decisorias (aunque sea para ver como se arregla el roto).
De nadie más que de ZP es la culpa de estar mendigando un puesto para asistir a la "refundación del capitalismo" (anda que Sarko), hablando con dios y el diablo, McCain incluído, con tal de no hacer el ridículo (un poquito más) y ver como somos el hazmereir de occidente (y de oriente, que aquí van todos).
Pero como quien siembra vientos recoge tempestades, una política de confrontación con EE.UU (sea Bush lo que sea), el apoyo a destiempo a Segolene, la separación del eje atlántico con Reino Unido a la cabeza, el enfrentamiento a Merkel y otras lidenzas de nuestro presidente (abrazos con Evo y Chávez incluídos), han provocado que se nos mire en Europa y fuera de ella, como un títere que está perdido en la "sonrisa fácil" y el gesto débil.
Así que en manos de la diplomacia, del puesto vacante de la presidencia de turno o de la benevolencia de Brown estamos, para poder tener voz (y quien sabe si voto) en la reunión financiera más importante tras los acuerdos de Bretton Woods (donde tampoco estuvimos), y es que, esto es España.

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