Mi sobrina cumplirá en breve un añito (con el dedo levantado tal y como le ha enseñado su abuela), y empieza a apuntar maneras en algún oficio de futuro.
De futuro e inexistente, que yo sepa. Mientras existen cientos de personas en este país, que prontito por las mañanas, o "tardecito" por las noches, se dedican a llenar los estantes de las tiendas para que todo esté disponible a la apertura. Martina ha decidido llevar la contraria y con suma habilidad y rapidez, ha descubierto la manera más eficiente de vaciar todo aquello que tenga un contenido.
Hace casi un año que sonó un mensaje en el móvil mientras estábamos en Roma con Rubén y Merche, y Maribel tuvo la corazonada de que habíamos sido tíos (la sangre extraña sinrazón). Y desde entonces ha evidenciado una inusitada capacidad de psicomotrocidad. Siendo un bebe tenía pinta de ciclista, al más puro estilo Perico, pero sin bicicleta y pedalada limpia. Posteriormente y con más fuerza (que no peso) parecía decantarse por la gimnasia, haciendo todo tipo de gestos imposibles y posturas acrobáticas. Finalmente y una vez situada sobre las dos piernas, parece haber encontrado su auténtica vocación.
Le encanta sacar y sacar, mirando de tanto en cuanto algún objeto como si le sonara, pero que tan sólo le divierte por escasos segundos, para volver a la faena, una más, otra y así hasta que consigue vaciarlo, ya sea su cesto de los juguetes, bolsa de la compra o caja de mudanza.
Aunque pensándolo bien, quizás sea genético, y no esté mas que desarrollando la "tenditis compulsiva", esa extraña enfermedad que Pili y Maribel perfeccionan (y que debería ser estudio de Guinness Record) de rebuscar "trapitos" en montones, ojear vestidos en expositores y encontrar gangas en mercadillos....Dios nos coja asistidos....
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