jueves, 8 de febrero de 2007

ALMA CÁNDIDA

Imagina que te levantas por la mañana, vas camino del entrenamiento y te llaman por teléfono.
- Buenos días, Sr.Oleguer Presas.
- Si, dígame.
- Mire le llamamos del Ministerio del Interior…necesitamos hablar con usted.

Su madre y su hermano no eran objetivos directos de los terroristas, pero su coche se encontraba estacionado al lado de un coche bomba dirigido a otra persona, han fallecido en el acto, no pudimos hacer nada por ellos.
Años después el asesino de sus familiares, sale de prisión, tras una reducción de condena fundamentada en buen comportamiento y servicios sociales (estudió a distancia psicología en la Universidad del País Vasco). Tras diez años de cárcel….
¿Sería la misma versión en contra del Estado de Derecho la que mantendrías?
¿Te has preguntado cómo se sienten las víctimas cada mañana al levantarse y no poder ver a sus seres queridos?
¿Son las víctimas culpables del sometimiento de Euskal Herria al Estado Español?
Nadie puede negarte tu derecho a la libertad de opinión, lo que si te quiero decir es que eres un cobarde, un frívolo, porque adjudicarte el derecho de jugar con los sentimientos de los demás es el acto más ruín del ser humano.
Es muy fácil hablar cuando se está a más de 600 km del mal llamado conflicto vasco, cuando puedes salir en rueda de prensa diciendo lo que te viene en gana, cuando sales a la calle y puedes expresar tus ideas, cuando ningún dedo te señala y ninguna pistola te apunta.
Te voy a dar un consejo, date una vuelta por el País Vasco, pregunta a los concejales no nacionalistas, a los profesores, a los empresarios….pregunta cómo es vivir al lado de escoltas tu vida, cómo se sienten sin poder visitar partes de su ciudad, cómo se sienten al ver sus nombres en dianas. Es demasiado fácil hablar y todavía más fácil criticar, pero si tu fueras uno de ellos, no podrías hacerlo a riesgo de crucificarte de por vida.

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