Han sido dos semanas frenéticas, entre boda, cursillo y curso (profesional en este caso).
Pero sin dejar de recordar esa Cariñena fiestera, me quedaré con lo sucedido hace dos domingos
Allí estábamos Maribel y yo con cara de pocos amigos y menos ganas, a escuchar los consejos de la Iglesia, ante la incipiente tropelía que cometeremos sin nadie lo remedia.
Y mereció la pena. Fue interesante saber que la vida no es ideal en el mundo de la pareja, saber como otros afrontaron los problemas que todos sufrimos y como merece la pena el perdón para continuar saboreando y disfrutando a la persona a la que amas.
En otro lado dejaremos las reflexiones y las sensaciones a cerca de las creencias, como hace mucho tiempo me dijo el "particularísimo" Chía, "la fe se siente o no y sin ella es muy difícil entender muchas cosas o tratarlo por lo menos". Y con eso me quedo, es más fácil criticar que respetar, pero lo más injusto es maltratar (aunque sea verbalmente) a aquellos que deciden quedarse con una visión de la realidad que hasta ahora nadie ha podido negar taxativamente.
Lo dicho, interesante y productivo, además tuvimos la suerte de estar bien acompañados, quién desea más.
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