Descubrí a Jimenez una tarde camino de Nuez, la misma tarde que mi padre y yo chillábamos a una radio de un coche, aquel día comprendimos que escuchar a Llamas y Hora 25 era perjudicial para la salud.
Y con el pasé de la tarde a la mañana. Pero nunca fui un incondicional, desde que me traicionó De la Morena, prometí no ser un "ultra" de los periodistas, ellos son parte del negocio, y actúan en defensa del mismo, y donde dije digo diego y lo que ayer defendía hoy lo critico porque me interesa y quiero. Y cuando estoy arriba ni recuerdo mis orígenes, y me siento en el totum de la verdad absoluta.
Supongo de cualquier manera, que uno después de pelear la vida, cuando tiene un rato quiere escuchar lo que que quiere oir, y sentirse reconfortado de no ser un bicho raro en el mundo. Y eso es lo que me hacía escuchar a Federico. No es un secreto que creo que el actúa de una manera comercial, y que su negocio es hacer lo que hace.
El contrapeso nunca tarda en aparecer cuando hay negocio, la competencia ve dinero y desea su trozo del pastel y es la sensación que tengo últimamente al ver a Gabilondo en Cuatro.
No se si fue tan fanático antes, imagino que no porque mi madre lo escuchaba, pero empieza a tener demasiados tics, demasiado odio interesado y demasiada brabuconeria innecesaria. Pero esta es la historia, y estos son los medios.
La izquierda ya tiene a su "Federico" y seguramente terminará siendo la derecha más férrea los que terminen soportando sus shares, para poder cagarse en sus muertos por las "barbaridades" que menta el "rojo", porque todos necesitamos sentirnos apoyados y "odiados" para justificarnos.
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