Habría que ser muy frívolo para no sentir la muerte de un chaval (extraña sensación esta de llamar así a gente más joven) de 22 años, fuera quien fuera.
En la antigua Roma se referían al "pan y circo", los griegos utilizaron el teatro y dos mil años después el ser humano necesita evadirse de la triste realidad y refugiarse en mundos ficticios.
Ponerse una camiseta, sentirse en un grupo, compartir alegrías, deseos y proyectos. Lo sucedido en Sevilla, en toda España, es exagerado, desproporcionado, es fútbol, humano, sentimental.
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