Más de nueves meses llevo ya en Bellver, y este fin de semana (puente, para el que lo tuviera) tuve más visitas juntas que en todo lo anterior, prácticamente. Haciendo recuento, mi madre, padre, Arcadio, Pili, Sandra, Eloy y Ana. El jueves llegaron Martín, Eva, Tamara y Carlos y con ellos las buenas comidas, el disfrutar de la "comarca", cubatas y risas a costa de mi empanamiento. El viernes me tocó currar, en banca no existen las tan deseadas "pasarelas", pero al llegar a casa, la paciente Eva me obsequió con un pollo con tomate (prometo no haber probado la mezcla antes) que mereció la pena las 8 horas de oficina.
Esa misma noche, Ernesto, Susana, Merche y Rubén, se unieron al "jolgorio". Aquella noche hubo de todo y nada bueno, hasta que el alcohol y el cansancio hicieron mella y terminé en la cama dando vueltas deseando encontrar el sueño. En el salón continuaron las hostilidades, peligrosa pareja forman Martín y el "Tronch", el cáncer eres tú visto lo visto.
Ya en sábado, los cuerpos demostraron no ser los de antes, así que tras mucho "remolonear" nos pusimos en pie y luego en coche para visitar Andorra, pero por la parte de Francia, que a decir verdad es mucho más bonito (recuerdo que los señores subieron a esquiar, pero el alcohol se encargó de quitar las ideas).
No hay comentarios:
Publicar un comentario