Ya lo decía la canción, que "víspera de tempestades", el caso es que hoy ha sido uno de esos días, que de poder borrarías de tu existencia (por lo menos hasta que he llegado a casa).
Después de levantarte tempranito, chuparte casi 50 minutos de coche, tomar un café rápido, lo mínimo que esperas es, que ya que vas a pasar casi diez horas metido en una oficina, las cosas sean los suficientemente normales para trabajar.
Siempre he mantenido que no hay peor sensación, que abrir un ojo por la mañana y sentir que no tienes ganas de hacer, lo que por obligación te toca. Y no es mi caso, me gusta mi trabajo, disfruto aprendiendo cada día cosas nuevas. Pero hoy, hoy nada de eso ha sucedido.
Unos ordenadores del "pleistoceno", un sistema operativo al estilo "amstrad", han terminado por tenerme reiniciando una y otra vez, mirar desperado la pantalla y golpear el ratón de rabia. Eran las más de las doce cuando he conseguido ponerme a trabajar (se que alguno pensaréis, ¡cojonudo!, el tío este imbécil porque ha pasado media mañana tocándose la "gaita" y encima se queja), pero es desesperante ver pasar los minutos como si fueran horas, mientras tu trabajo no sólo está, sino que se multiplica.
Así es, un absurdo, un "pringao" deseando trabajar y una empresa que no le deja. Total, que me ha tocado correr, cagarme en la "puta madre" que parió a la "jodida informática", ver perder un día de mi "precioso" tiempo y tener una excusa para sentarme a contároslo.
Mientras todo esto sucedía, un montón de catalanes, la mayoría, sacaban su "matraca" victimista, diciendo que todos les odian, porque tienen sed. Y es que no se enteran, no va por ahí el tema. Lo que molesta es que es sólo cuando les interesa. Por cierto Marcelino (Iglesias digo), les da un buen repaso hoy en una entrevista en La Vanguardia, por más que se vea atrapado por la "lealtad" política (a parte de su negación personal), les da regalitos del estilo, venga no me "jodáis" que estamos "cansos"...leedla merece la pena (CHAMO, lo siento, pero es que no puedo resistirme).
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