Lo que está sucediendo estos días, sobrealimentado mediáticamente (que es lo que da beneficios), en el Partido Popular, es, y fiaros de mis pequeños conocimientos de la materia, fruto de una derrota electoral y de demasiados interes personales (política es política).
El tema de las tan traídas y llevadas familias, es puramente tinta de periodista. Liberales, conservadores, democristianos o centristas son únicamente etiquetas, que cuatro saben lo que significan y a la mayoría símplemente le suenan a chino.
Quien ha estado en política, como es mi caso, descubre que en la mayoría de los casos, más allá de cinco nociones básicas de política económica y las "coberturas" morales que cada uno nos otorgamos, el personal se une entorno a unas siglas que expresan, de manera generalista, los sentimientos y pasiones que entendemos como justos.
El lío viene cuando llegan las duras, entonces se desentierran viejas rencillas, ideas de "corto recorrido" y enfrentamientos abiertos. Nadie, hoy, es puramente liberal, ni conservador, ni democristiano y mucho menos centroreformista (menuda pijada con tal de no decir "derecha"). Así que no esperéis que os lo aclaren, porque tampoco interesa, la marea durará lo que toque, al final silbato y a formar. Que por otra parte es lo que toca, todos a una, porque con lo que nos ha "caído" como gobierno, bien necesitaremos oposición.
Por cierto, y por si a alguno le interesa, soy liberal en lo económico, centrista en lo social, democristiano en lo moral y conservador en lo ético. Del PP, vamos.
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