miércoles, 23 de diciembre de 2009

NO ESTABA MUERTO...ESTUVE DE PARRANDA...

Ultimamente lo escucho demasiadas veces, pero visto lo visto, he de reconocer que ciertamente "uno tiene una edad para ciertos dispendios". Así ocurrió el sábado.
Miembros de la Logia de las 12 cuerdas y otros amigos de pantalones cortos y terciopelo celebramos el sábado la tradicional cena de navidad (gracias Pedro por tu esfuerzo) y una cosa lleva a la otra y una copa otro bar. Total que acabé acompañado del inefable Frascuelo a las 8 de la mañana "sacudiéndole" a unas migas en El Loro, qué mejor final.
Todo empezaba pasadas las 21:30 tomando unas cervezas en un bar chino (le faltó el canto de un duro para que la cena hubiera acabado a cerveza limpia en dicho antro), copiosa cena, cubatas a ritmo de canciones, más gritos y a otra cosa mariposa.
Unos, los gladiadores, marcharon al Casco a buscar presas. Otros, los más "formales" decidimos seguir golpeando nuestro hígado por la zona de San Miguel, un bar, alguna canción, otro bar, otra copa y terminamos encontrando algún "luchador" culminando la faena en El Coyote.
Por el camino habíamos perdido muchos efectivos, Mario que debía atender a la prole, Benavides, Trabuco, Harry Potter, Copacabana, Corky (que vino ya entregado al restaurante), Hinojal (que aguantó como un jabato), Pino, Moncho, Acequias, los novatos, Harpo. Tan sólo Marshall, Frasco, Hamelo (o lo que quedaba de el), Laudrup y el que os habla se resistían a acabar la noche en el último de los bares de la Zaragoza madrugadora.
Resultado, resaca grado medio, cansancio grado alto y enfriamiento grado extremo. Garganta irritada, importante mucosidad y algo de fiebre. Muchos lo han dicho, maldito traje, en verano te asas, en invierno te congelas. Mereció la pena.

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