El 11 de septiembre, por estas tierras, se celebra la Diada Nacional de Cataluña, que conmemora la caída de los partidarios del Archiduque Carlos, como defensor de los derechos de la Corona de Aragón y el triunfo de los Borbones (cuanto menos es curioso celebrar una derrota, como dice Maribel).
Al margen de otras consideraciones históricas, la fiesta tiene un marcado carácter reivindicativo independentista, y este año caldeado el ambiente por la resolución del TSJC sobre el tema de la lengua en la escuela, a lo que podemos añadir la negativa del alcalde de Badalona a retirar la bandera española del Ayuntamiento (y es que aquí no entiende celebración sin negaación), han supuesto una oportunidad única para que "los de siempre" arremetan contra los contrarios a modificar, ni aunque fuera un ápice la realidad nacionalista en la que vivimos.
Es evidente que disponen de todo el derecho del mundo a reclamar lo que les venga en gana, de exigir un "PAIS PER TOTS" pero solamente en catalán y de tachar de radicales a todo que no comulga con sus ideas, para eso estamos en un país democrático.

Y es que esto amigos, esto, también es Cataluña, aunque no lo diga la canción....
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