Han sido tres meses, de auténtica "guerra" mediática, dialéctica y gestual. Tras perder unas elecciones, tocaba o buscar un nuevo líder o desde dentro hacer el "cambio" para poder mostrarse a la sociedad como lo mismo, pero algo nuevo.
Y finalmente, Rajoy, poco amigo de las estridencias, gallego hasta el tuétano y silencioso en sus actos. Ha demostrado que más vale una acción que mil palabras, gestionando su derrota mediante hábiles pactos con los sectores menos "reaccionarios" del partido. Jugando la partida, mientras los demás miraban el tablero y haciendo de "una vez por todas" una dirección a su medida y seguramente "a su gusto".
Pues hoy la tiene (seguramente le habrá tocado tragar alguna pieza, habitual en política). Y acaba en Valencia un "viacrucis" hacia la moderación (que también tocaba). En sus propias palabras "quién puede creerse que vamos a cambiar nuestros principios" (mal estaríamos entonces), sino que lo toca es cambiar el discurso. Decir lo mismo de otra manera, aunque absurdo, normalmente se convierte en necesario, a riesgo de que te llamen radical (y de esto yo os podría hablar un rato).
Mariano, ahora te toca a tí, después de haber "enrocado" con sabiduría en la elección de la Secretaria General, habiendo marcado distancias con el supuesto tutelaje "aznarista" y acomodando a tu gente en la Ejecutiva. Te toca hacer oposición, construir alternativa y volver a convencer a los Españoles, que el centro-derecha de este país, tiene más ideas, más voluntad y más capacidad para convertir a España en algo importante. Que como tú dices, "no es cosa menor".
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