Os escribire partido, siguiendo alguno de vuestros consejos, porque se que mucho de golpe aburre.
Como manda la tradicion nos comimos un perrito caliente sentados en la escalinata de la Reserva y observando como los seguidores del tercero en discordia (en las elecciones EE.UU en contra de lo que creemos se presentan tres) Nader pedian el voto sosteniendose en un agotamiento del tradicional bipartidismo. Y como no de perritos vive el hombre, completamos nuestra comida con un pita de falafell en un garito donde los neoyorkinos hacian cola (sintoma que esta bueno y es barato), aunque terminamos hasta el gorro de las pelotas verdes, por muy buenas que estuvieran.
Para entonces ya estabamos cansados, pero ante la inmensidad del mapa, decidimos que era momento de seguir, callejeamos por el distrito financiero, nos hicimos la foto de rigor con el Toro y terminamos sentados frente al rio, observando como decenas de familias de judios hortodoxos celebraban no se muy bien que fiesta (sorprende ver tantos) ataviados con sus gorros, sus trajes y sus pelos ensortijados.
Tras un rato de descanso en un banco al pie del monumento a los caidos en la Segunda Guerra Mundial, decidimos acabar con la parte baja del mapa visitando los barrios de Tribeca y Soho. Por el camino decidimos entrar en unos grandes almacenes llamados 21 Century, y entendimos porque se habla del turismo de compras en esta ciudad, entre los competitivos precios y el cambio, terminamos por sucumbir con algunas prendas que no pudieron ser rechazadas.
Caminamos por Tribeca (que antes del 11-S era el barrio de moda) y llegamos al Soho (que toma su nombre por estar al SOuth de la calle HOuston, nada que ver con Londres). Y confiad en mi que aqui estaban las tias de Sexo en Nueva York, y otra series del mismo calado. Lo mas inn de lo inn se concentra en las manzanas que componen el Soho, restaurantes de moda, bares de copas y mucha nina mona...Maribel y yo cenamos en una pizzeria, justo en la frontera, unas porciones...y es que siempre ha habido clases...aunque por poco que podamos intentaremos darnos el lujo...
Tras visitar el InternetCoffee llegamos a la habitacion apoyados el uno en el otro, hacia horas que no sentia el dedo pequeno del pie izquierdo, y la palma de pie derecho amenazaba con no seguir caminando....pero habia merecido la pena.
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