No creo recordar ningún momento en mis treinta años de existencia, ni tan siquiera en la funesta época de Felipe, en que se hable tanto de economía. Y es seguro que por primera vez desde el 29, el sistema no se tambalea de manera tan virulenta, pero también podéis estarlo de que la crisis de nuestro país, tiene connotaciones internas, tan o más preocupantes que la crisis financiera o de liquidez.
Lo que sucede a pie de calle, es que mucha gente tiene dudas de lo que puede suceder con su dinero y al mismo tiempo comienzan a ser conscientes, que los del puño y la rosa nos dieron gato por liebre, hace unos meses y seguramente lo sigan haciendo ahora. Hasta tal punto llega la desconfianza, que mi propia señora, socialista de pro, viendo hace unos días al presidente hablando sobre la solidez de nuestro sistema financiero, dijera "preferiría que no lo hubiera dicho...".
Una vez aprobado el plan de rescate en EE.UU y la UE tomando decisiones para hacer lo propio en el viejo continente, hemos de extraer varias conclusiones. Hasta los más liberales, han terminado por sucumbir al intervencionismo, y es que el miedo puede más que las ideas. El mercado no puede asumir productos de "riesgo desconocido" y los responsables de las compañías que han producido el agujero no pueden salir impunes.
Muchos acontecimientos en poco tiempo, muchos gobiernos tomando decisiones para dar confianza y generar sosiego y a todo esto nuestro gobierno perdido en su propia ignorancia, atacando a todo aquel que dice, que algo podríamos hacer a parte de quitarnos el muerto de encima...
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