jueves, 24 de noviembre de 2011

CATALUÑA, EL TALÓN DE AQUILES II

La realidad social de Cataluña es un auténtico rompecabezas que acaba por reflejarse en los resultados electorales y el amplio abanico de fuerzas políticas que tienen representación.
Y basándome en mi propia experiencia, dos son los factores que han provocado la marginalidad de los populares en esta tierra, el primero la influencia del nacionalismo y por otro la herencia histórica del obrerismo propio del desarrollo industrial que Cataluña posee, evidentemente proclive a la izquierda.
Así, mientras el eje nacionalista mantuvo durante años una preeminencia fundamentada en los años del Pujolismo y en contra de muchas opiniones creadas (basadas en la polarización izquierda (ERC) - derecha (CIU), el bloque ha derivado entre soberanistas e independentistas.
Al otro lado del arco político, el PSC, fundamentado en el cinturón "rojo" de Barcelona y las grandes ciudades del resto de provincias y la marca catalana de IU, ICV, revestido de un catalanismo populista de una izquierda acomplejada y sin argumentos en su base de votantes (sólo hay que ver donde se encuentran sus mejores resultados para romper el mito). Finalmente y arrinconado el PP.
Durante años, el Partido Popular equivocó su estrategia basándose en captar voto en el caladero erróneo, y es que un nacionalista puede votar con el bolsillo, pero es incapaz de traicionar a su corazón y a tenor de lo sucedido últimamente (Badalona, Castelldefells) la solución está mirando hacia el lado opuesto, donde sí están dispuestos a anteponer la cartera a la ideología, y perdonar a esa "cuadrilla de fachas" si mejoran la situación en la que nos encontramos.
Con el tiempo, y esto es una reflexión personal con el único fundamento de mis propias creencias, aunque los medios de comunicación de por aquí se empeñen en demonizar a la "derecha españolista", si el PP consigue situarse capitalizar la recuperación económica (que tarde o temprano ha de llegar), y evitar discursos de tensión con la Generalitat, hay gente dispuesta a dar un voto de confianza que con el tiempo pueden convertir a ese partido en una realidad que hasta el momento no ha tenido.
Pero de momento, motivos para la preocupación, con el mejor resultado nacional, el PP no consigue arrastrar a las urnas a más votantes que en los mejores momentos del Aznarismo...así que más que nunca la gestión y los gestos del próximo gobierno (unido al futuro de los ayuntamientos gobernados por García-Albiol y Manuel Reyes) pueden suponer un cambio de rumbo para el futuro político de esta tierra, o perder una oportunidad histórica y seguir en la marginalidad política. Y no es poca cosa.

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