miércoles, 12 de septiembre de 2012

LA DIADA 2012, UNA REFLEXIÓN PERSONAL I


En apenas mes y medio harán 7 años que, cosas del amor, acabé por estas tierras, así que me otorgo (además este es mi blog y escribo lo que me parece) el conocimiento suficiente de la realidad de Cataluña como para analizar no lo sucedido ayer, si no lo que tras años observando, es la historia de un desencuentro buscado, consentido y facilitado, según los protagonistas que a mi entender juegan en toda esta historia.
 
Como se de la tendencia a encasillarme en un posicionamiento político, ruego analicéis las sucesivas entradas, como una experiencia personal, evitando colocar a mi lado siglas que ya no me pertenecen, que no represento y que nada tienen que ver con unos pensamientos que son míos y sólo míos.
 
Hace muchos años un amigo me dijo una frase que por más que intento rebatirla la realidad acaba dotándola de la razón más evidente, "El nacionalismo es un "monstruo" con un apetito insaciable".
Ayer, muchos catalanes, de los casi 6 millones que no estuvieron en la manifestación, se "fustigaban" por el auge del independentismo en su tierra (con tendencia a buscar culpables fuera de su propio territorio), a mí por el contrario se convirtió en una confirmación de las tesis que Jordi Pujol plasmaba en su idea de "construcción nacional" allá por finales de los 60 (recomiendo la lectura de sus memorias como corroboración de mi afirmación).
 
El nacionalismo catalán, como cualquier otro, necesita no únicamente dotarse de lo más elemental que les permita diferenciarse, una lengua, una historia, unas instituciones, sino que en una tierra como esta, con una inmigración tan acusada, y en palabras de Pujol padre, se necesita una causa común que permita trasladar la falta de identidad de esos últimos a una causa forjada en lo primero (lengua, historia, instituciones). Y aquí entra en juego el llamado "Pacto Fiscal".
 
La manifestación fue grandiosa, eso es indiscutible. Sacar millón y medio de personas a la calle no es fácil, a parte del fútbol, pocos pueden sumar tantos adeptos entorno a una causa. Pero igual de sorprendente es que cause sorpresa, valga la redundancia, porque si uno se entretiene en sumar, al final hace números y le sale aproximadamente la cifra de las últimas elecciones generales: CIU+ICV+ERC a lo que podríamos añadir otros grupos de corte independentista radical: CUP, SOLIDARITAT, MAULETS, REAGRUPAMENT y calcaría los asistentes a la suma en las autonómicas de 2010.
 
En todo caso, la gran pregunta, es ¿Qué ha pasado para que tanta gente salga a la calle?, ¿Qué hemos hecho mal para semejante demostración de descontento?, pues después de haber conocido a unos cuantos nacionalistas, y conocer su pensamiento, básicamente nada, era previsible, únicamente necesitaban el caldo de cultivo necesario y la crisis ha sido (para mí) el detonante.
 
Podemos escudarnos en la "caverna mediática" (así se denomina aquí a la prensa anticatalana del resto de España), afirmarnos en la campaña del PP contra el Estatut (aquello que votamos escasamente el 30% de los catalanes) y darles razones diciendo que toda la península nos odia, sin embargo, para mí las razones son más profundas y residen aquí.
 
A mí nadie me ha de explicar qué es lo que se ve desde lejos, yo estuve allí amigos, y los prejuicios que muchos tenemos sobre algo tan desconocido aunque tan cercano, yo los tenía, pero yo pienso comprar esa "película" donde el enemigo está fuera, los malos son los otros y estoy viviendo en los mundos de Yupi.
 
Pero para no aburriros os lo contaré por fascículos.

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