martes, 12 de diciembre de 2006

CASTELLANO O CATALÁN

Cuando llevas un tiempo prudencial en Cataluña, aprendes que la lengua no es un motivo de conflicto, por lo menos para la amplia mayoría de los catalanes. Cada uno utiliza en su ámbito privado su lengua de referencia, normalmente por motivos familiares.
Al mismo tiempo descubres, que en la mayoría de los casos (sobretodo en los más jóvenes) existe un auténtico bilinguismo y que indistintamente de su lengua materna, hablan con unos y otros en el idioma que se conocieron. Es curioso ver en una misma mesa como un matrimonio se habla en castellano y se dirijen a sus hijas en catalán, tan curioso como imposible de comprender para aquellos que sólo disponemos de una lengua de referencia.
¿Cuáles son entonces los problemas que plantea la coexistencia de ambas lenguas?
La evidente realidad de la utilización de ambas lenguas en Cataluña se rompe, cuando algunos intentan imponer su idioma, por ser el único que reconocen como propio, cuando se sancionan a los comercios por rotular en la otra lengua oficial, cuando se menosprecia la existencia y la realidad. Ése es el problema.
El Nacionalismo comete al mismo tiempo otro error más grave, confunde la cultura y el amor por la tierra con un hecho diferenciador. Las lenguas no deben servir para dividir, sino para enriquecer. Y siendo más prácticos, dejar de estudiar o utilizar el tercer idioma más hablado del mundo, es cuanto menos un error de bulto, sobretodo cuando se hace por pura obstinación.
Estoy seguro que hace 25 años el catalán pudiera estar cerca de desaparecer, pero hacer hoy una bandera de aquello es mentir. Mentir porque hoy la educación pública se realiza en catalán, la televisión pública emite en catalán, la prensa escribe en catalán y la inmensa mayoría de los ciudadanos conocen el idioma y lo identifican como propio. ¿Porqué intentar poner a la otra lengua en la penosa situación en que se encontraba la propia en la dictadura?. Quién lo sabe
Sin embargo, parece algo está cambiando, el otro día el mismísimo Carod Rovira dijo que "la lengua tiene que dejar de ser una cuestión de enfrentamiento", un brindis por ello, yo desde que llegué no he denunciado a los restaurantes que sólo tenían cartas en catalán, así que mi paso está dado...

1 comentario:

Arcadio dijo...

En ocasiones, ser práctico es de poca ayuda. Cuando se trata de emociones o sentimiento identitario, entendido no como una circunstancia política sino como el arraigo a una infancia o como una evocación del entorno en el que has crecido y ha configurado finalmente tu carácter; es decir, la evocación, por poner un ejemplo, de un recuerdo en el que tu madre o tu padre te han regalado confidencias o enseñanzas expresadas en un determinado idioma, lo pragmático, en mi opinión, no sirve de consuelo. Quiero decir que, pese a que mi lengua materna es el castellano y además estoy convencido que es la lengua más hermosa que existe, puedo llegar a entender que quienes se han educado en un idioma desean que éste prevalezca por muy minoritario que sea. Realmente, si la situación fuera a la inversa y el español, cuyos escritores me han deparado tan buenos ratos, estuviera en peligro o en cierta forma amenazada, lucharía con uñas y dientes para progegerla.
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