Siempre te he envidiado por trabajar al lado de Gregorio Ordoñez, un paradigma de la voluntad y el tesón en las ideas. Siempre te he admirado por creer en lo que haces, y sobre todo por dónde lo haces.
La primera vez que te ví, bajabas de un coche granate, rodeada de guardaespaldas, pero generosa en tu sonrisa, aquella misma mañana reconociste que hacía más de 2 años que no ibas al cine, porque los sitios cerrados tenían más riesgo. Mucho tiempo después nos vimos en el Euskalduna (tiempos duros aquellos), allí estábamos Rocío y yo acribillándote a preguntas, nunca te quejaste de tu situación, no te crees tu papel de héroe (como tampoco se lo creen Ínigo, Borja, Jon...), sólo deseabas que tus hijos puedan expresarse libremente en su tierra.
Y hoy se ha confirmado que eres humana, como todos, y no puedo evitar recordar tus ojos, que hablan casi más que las palabras, al pronunciar tu palabra preferida "LIBERTAD".
Para luchar sólo hacen faltan ganas y a tí te sobran.
1 comentario:
olé, olé y olé
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