RESACA DE DESPEDIDA

Llevo toda la semana intentando asumir los estragos físicos de mi estancia en tierras logroñesas.

Fue un día intenso, de emociones, de acciones y de ilusiones. Empezamos pronto, como todo lo que hago con mis amigos, a las 6:45 estábamos ya camino de la capital riojana y el día comenzó liándonos a tiros con escopeta incluída, pero de pintura.

Mi equipo, Enrique, Jesús, Rubén y mi hermano, renunciamos al ataque, salvo mi hermano "el suicida" inconsciente de que los cuatro "acojonados" nos resguardábamos de tiros y peligros, como auténticas nenazas. El resultado el esperado, Eloy, Ernesto, Carnuzo y Víctor nos vapulearon 7-2. Con lo bien que se estaba en aquella caseta...

Después del esfuerzo (no me incluyo) y del calor del traje y la careta, decidimos ir al hotel a ducharnos y tomar aire, todavía quedaba mucho día...

Como no podía ser de otra manera, en vez de descansar, terminamos tomando cervezas, hablando y liándola en la habitación antes de emprender camino a los Karts.

En los karts tenía la sensación que aquellos "cobardes" tomarían la derecha, cual dominguero ocasional y dejarían al otro grupo que discutieran su potencia y conducción temeraria en la pista. Y así comenzaron las cosas, en la cola Jesús y yo parecíamos dos abuelas dando la vuelta al parque, llegando pasados los dos minutos y veinte segundos en la primera vuelta, sin embargo con el paso del tiempo todos fuimos cogiéndo el tranquillo a las cuatro ruedas y tomando más riesgos. Tras la clasificación, en la que Eloy demostró su dominio, los más competitivos demostraron que no estaban dispuestos a dejarle ganar fácilmente, y todo se intentó en la final. Para posteriormente y como buenos españoles justificar fallos y escudarnos en hechos ajenos los fracasos propios. Pero mereció mucho la pena ver sus caras, y más sabiendo que se producía todo aquello por mí....por cierto, por si había dudas, ganó Eloy.

Y ahora os dejo, que una noticia de última hora requiere mi atención y mi opinión, sólo faltaría