CAMINO A LO DESCONOCIDO

Pasé un viernes de perros, de esos que miras el reloj cada dos minutos deseando que hayan pasado dos horas, de esos viernes que los papeles se acumulan en la mesa en forma de "culos" y en el que el teléfono suena incesantemente. Fue un viernes negro y mi cuerpo sólo pedía cama.

A las 3 decidí que todo puede esperar, corrí hacia casa, hice la maleta y dirección Zaragoza.

La carretera que lleva de La Seu a Lérida (LLeida, un día dedicaré una entrada a este tema) es cuanto menos distraída, siempre al cogerla pienso que me costará una hora y media, al llegar a la capital siempre el reloj ha recorrido un par de ellas. Hasta llegar a los túneles de Oliana, los camiones y "pisahuevos" de todo tipo hacen que se te eternice el camino, pero después quedan por delante Oliana, Ponts y Artesa, tres pueblos que se niegan a entender que una carretera pasa por ellos, sus ciudadanos toman la misma como si fuera cualquiera de las calles de Nuez, dando marcha atrás, cambiando el sentido o saludando a los convecinos.

Al llegar a Fraga eran más de las cinco, con lo cual mi hoja de ruta estaba desfasada, y mi intención de tomar la Nacional hasta Nuez se desvaneció por completo, no es que me ahorre una fortuna, pero sinceramente si te gusta conducir, esta vía está hecha para ello. Llegué a Nuez pasadas las seis y media, cogí el traje, el instrumento y camino de la ciudad Inmortal. Cuando las cosas van mal siempre pueden ir peor, así que un atasco monumental me enganchó a la altura de La Puebla, la tensión del viaje, no saber donde me llevaban y el cansancio de la noche anterior estaban haciendo mella, así que terminé pagándolo con aquellos inocentes conductores que sufrían como yo la ira de la quietud y el sol.

El gordo, Benancio y Zumosol hacían guardia en el bar de la esquina de la calle Cánovas (que injusto es que Cánovas solo tenga una calle y el simple de Sagasta un Paseo, la historia tiene estas injusticias). Después de utilizar el sitio que el coche de Nacho ocupaba pusimos rumbo, ¿Dónde?, yo no lo sabía, pero mi intución me decía que caminábamos hacia Cuenca.....