ANA MANDARA

Asi se llama el paraiso, en este momento estoy mirando otra pagina para comprobar en que dia me encuentro, porque sinceramente he perdido la nocion del tiempo, y va en serio.

Llegamos hace dos dias, tras la tormenta consumista de la capital, nos recibio un tiempo perfecto, soleado pero sin temperaturas altas. La entrada al hotel nos indico, que entrabamos en una lujosa estancia para nuestro disfrute: playa privada, habitaciones para leer, gimnasio, tres restaurantes, dos piscinas con mirada al mar, una casita para nosotros y todo tipo de agasajos. Al mirar los precios de la cena, entendimos que todo iba en consonacia, pero nos lo habiamos ganado.

Tras un banyo en la piscina a la luz de la luna, un paseo por la playa con copa de vino en la mano, disfrutmaos de una mariscada de buffet libre, las comidas estan pasando factura en nuestros cuerpos y los esfuerzos realizados para la boda, tirados a la basura, asi es la buena vida, los kilos importan menos cuando vienen de esta manera.

Al dia siguiente, y de nuevo A LAS SIETE DE LA MANYANA, hago notar el detalle, porque es vergonzoso que me levante antes de vacaciones que para trabajar. Desayuno completo y a la calle, dos visitas que no merecen mi consideracion y llegada (en fueraborda) a una playa de anuncio, donde pudimos disfrutar del descanso merecido, un poco de canoa, snorkel y mucho sol que todavia nos mantiene rojos como cangrejos. El agua nos abrio el hambre, por lo que tras indicaciones del chofer (es lo que tienen estos viajes, chofer, coche y guia) probamos una comida tipica del lugar, barata y buena, poco mas se puede pedir.

Por la tarde tras las visitas culturales de rigor a una enorme Pagoda (con svastica incluida, aqui el simbolo representa la paz de Buda, pero verlas donde las ves causa una extranya sensacion), y al templo Champa (cultura que domino el centro de Vietnam, tambien el Sur entre los Siglos IV a XIV, con todo tipo de invasores por en medio). Una vez cultivada la mente, cultivamos el cuerpo, un centro de Spa (vietnamita, que tiene menos encanto, pero que sienta igual de bien) banyo de barro 50 minutos, piscinas calientes y merecido masaje por 4 Euros (80.000 D) las masajistas llegaron a subirse a nuestras chepas, con sus pies nos pusieron los huesos en su sitio y sus manos hicieron el resto. Al terminar estabamos tan relajados que terminamos dando la mejor propina de todo el viaje (en proporcion), habiamos bajado la guardia, pero el hecho fue para ello.