La semana pasada, como ya se está convirtiendo en costumbre, la pasé trabajando de "sol a sol", desde que llegué a Rubí, parece que mi "plácida" existencia ha cambiado. Y como muestra un botón, el miércoles salía de un cliente a las 20:40, con lo que hacía la friolera cantidad de catorce horas que había salido de casa. Cierto es por otra parte que, aprender, estoy aprendiendo, aunque empiece a entender porqué esta profesión tiene el mayor número de ataques de infarto.
El caso es que entre visita y visita, vas entendiendo el funcionamiento de las empresas, los diferentes estilos de dirección, la compleja administración de las mismas y quizás guardo apuntes en mi cabeza para poner en orden si algún día vuelvo al "loco mundo de la política".
Lo dicho, mucho trabajo y poca cosa más. Así que el fin de semana lo hemos decicado a dormir y salir. Cena, copas e incluso discoteca (conste que Cataluña no es el mejor sitio para liarla, por cuestión de precios).
Y poco más, espero tener más tiempo esta semana, porque hay unos cuantos temas que estoy deseando tocar. Entre ellos, y no me resisto, es el "empecinamiento" absurdo del Sr.Trichet por seguir "metiendo el dedo" en el ojo del crecimiento económico y la mano en los bolsillos de los demás. Europa, que está en crisis, no controla una "galopante" inflación, pero ni las autoridades comunitarias facilitan la competencia con el libre mercado (de especial verguenza el sector lácteo, que recortó cuotas hace 3 años y hoy tenemos déficit) ni desahogan la presión fiscal de las materias primas (con impuestos "revolucionarios" como el del crudo).
Pero como es tarde, mejor seguimos mañana. Os deseo un buen comienzo de semana.
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