Sin duda una gran noticia, veremos si termina siendo una "tremenda" realidad, pero la alternancia y la alternativa al Nacionalismo era necesaria, pero sobretodo sana.
Hoy muchos vascos, abertzales o no, se habrán despertado con la sensación de que algo nuevo ha comenzado, de que es posible entender un equilibrio en la política, anteponiendo los intereses y necesidades de los ciudadanos, a los delirios de una parte de la sociedad empeñada en pegarse contra un muro sin tener sentido.
Un nuevo tiempo para el trabajo, la juventud, la educación, el turismo, para el País Vasco real, el que se levanta temprano por la mañana, sufre, pelea y lucha.
Hoy los nacionalistas, de allí y de aquí, siguen negándose a reconocer que "otros" tienen derecho a intentarlo. Y por mucho que parece pesarle a Joan Ridao de ERC (¡qué desafortunadas palabras!), esto puede ser el principio del final de la cobertura interesada al entorno de los terroristas, la coletilla definitiva a la "vergüenza nacional" de unos asesinos impunes y un entorno protegido bajo el paraguas "de los que recogían las nueces..."
El final de treinta años (si, si, que luego hablaban de Franco, salvando las distancias) de clientelismo, histerismo y negación de la nacionalidad vasca a aquellos (tuvieran uno o quince apellidos) que sirvieran discrepar de una historia inventada, patrocinada e interesada, deseando un país en paz, sin sentirse amenazado por pensar diferente.
Con toda mi esperanza, mucha suerte Patxi, de corazón.
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