Mañana, seguramente con poco éxito de público y abundancia de crítica, se "disputará" el debate del Estado de la Nación. En el cuadrilátero, dos púgiles de poco peso y escasa pegada, el de calzón rojo (que se torna marrón con la que está cayendo) intentando justificar lo injustificable, promocionando su nuevo lema "no os dejaremos solos" y blandiendo su política social (mira que me aburre ya la palabrita) como eje de gobierno. En la otra esquina, el de barbas, calzón azul, soñando pillar en falso y en soledad al actual tenedor del título.
No habrá perdedores, en lo político, porque en la vida real, la del día a día, la que está perdida es la sociedad en su conjunto. Perdida, por no tener una administración capaz de hacer lo posible para darle la vuelta a una "horrenda" política económica (y van más de cinco años gobernando, que digo yo...), por no tener una oposición capaz de ilusionar ni a propios ni a extraños, y perdidos por ver cómo el marcador del paro bate records negativos, como hasta "el tato" duda de la viabilidad del fondo de pensiones y por tener la sensación que pase lo que pase nada va a cambiar en este santo país.
El de la sonrisa no está todavía noqueado, sigue confiando en "engañar" al electorado con promesas vacías y palabras bondadosas. El "gallego" dejando pasar el tiempo, cruzando los dedos porque a unos se los lleve la crisis y a otros la corrupción.
Más de lo mismo, que penita....
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