UNA DE SANTAS

Dos santas de nombres impronunciables hacen de maestras de ceremonia en las fiestas grandes de Mataró y en su honor nos dedicamos en cuerpo y alma a honrar su memoria, viernes, sábado y la mañana de resaca del domingo para terminar de adornarla.

Después de ir a escuchar habaneras, bueno lo de escuchar es una burda excusa para formar "rondos" mientras te tomas el ron cremat (a 2,5 el sablazo) y comentas la jugada. Así que termina más gente perdida que escuchando a los "habaneros". Y como uno ya tiene una edad, prontito a casa que los viernes se hicieron para dormir.

El sábado sin embargo terminó resultando un via crucis, fruto primero de la espera a los tardanos de la cena (que provocó una debacle de lambrusco), pero sobretodo a la genial idea de convertir el agua en vino (camilocho, que pa´l caso) en una garrafa de cinco litros, que pese a las escasas expectativas del personal apenas duró un asalto.

Y partir de ahí, a cumplir con las tradiciones, del 1 al 15 (extraña tradición mataroní de perseguir en cuclillas a los Gigantes mientras van contando, para terminar bailando un más extraño cántico, propio de cualquier etílico resultado de sumar voluntades), galletitas de no se quién, vuelta pa´rriba, "aguazo" limpio en la plaza grande y terminar "calados" hasta los huesos botando con los éxitos dance de los 90´, sumidos en la histeria colectiva y olvidando (en mi caso) que nunca debes correr con el suelo mojado (mis posaderas pueden dar fe del hecho).

Una noche genial, vivida a todo trapo con Toni y mi querido "artesano", bañado en cerveza por Celia, bailando con Ana, intentando comprender las aventuras de "Esther y la botella de vodka", observando la locuacidad de Cristina en Casa Paco....donde fuman dos, fuman tres.....