domingo, 13 de septiembre de 2009

EL DILEMA ARAGONÉS


Coincidiendo con mi visita a la capital del mundo (Zaragoza), y tras meses de negociaciones, se ha sabido que el consorcio Magna, ahora titular de la marca Opel, ha decidido rebajar la carga de trabajo de la filial sita en Figueruelas. Una mala noticia para mi tierra.

Una mala noticia, porque la dependencia económico-laboral que la capital de Aragón tiene respecto a la fábrica de la antigua GM, es monstruosa, 7500 personas de forma directa, y sin datos ciertos casi cinco veces más de forma indirecta.

Así, y según previsiones de la empresa canadiense casi dos mil empleos perderá en el año de readaptación de la producción en la planta zaragozana. Haciendo la cuenta de la vieja, diez mil trabajadores irán a la calle si tenemos en cuenta a la industria accesoria. Una auténtica sangría si tenemos en cuenta el tamaño y la población aragonesa.

Hace años que se tiene la certeza que acabará pasando, igual que GM se situó en estos lares para poder producir más barato, terminará por cerrarse para poder hacerlo de igual manera en cualquier parte del orbe. Tan cierto, como poco empeño han puesto las instituciones para hacer frente a lo inevitable (Plataforma logística a parte).

Conocida la dependencia española del sector automovilístico: Seat, Ford, Citroen, Wolkswagen.., conocidas las ayudas anuales para intentar frenar su marcha y conocido el desfase estructural de dichos consorcios y su situación financiera. Nadie pensó en crear un Capital Riesgo, invertir limosnas en gestión y convertir una debilidad en una fortaleza, mejor lamentarnos, es mucho más español.

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