¿ESTAMOS LOCOS O QUÉ?

A estas alturas de la película nadie duda aquello de que "Spain is different", hace apenas dos años que la entonces ministra de sanidad, decidió adaptar la normativa europea y repartir a "drogadictos" y no fumadores, con el consecuente gasto de adaptación en lo que a hostelería se refiere, habitáculos, extractores y otros artilugios que evitaran la contaminación "tabaquil".

Conste que soy fumador, y como tal, entiendo que moleste a los que no lo son. Soy consciente de que dado que somos "nicotinodependientes" no tenemos porqué cargar al personal con nuestros malos humos, y así, he adaptado mi comportamiento a la ley, fumando donde puedo y no haciéndolo donde no me dejan.

Siempre he creído que la mejor manera de que acabar con la lacra del tabaco sería prohibirlo, pero también se que son pingües beneficios los que aporta a las arcas estatales. Pero las leyes están para cumplirlas, y yo, como dice mi madre, soy muy bien "mandao".

Pero lo que no tiene sentido es tan sólo dos años después, tras las inversiones realizadas por bares y restaurantes para adaptarse a la normativa, a la nueva ministra (o al gobierno, o a la antigua ministra ahora de economía) se le ocurra que nos quedamos cortos y que mejor si cortamos por lo sano, por muy bien que haya resultado el asunto en Irlanda, Italia o el mismísimo Gales.

Si ya sabían que acabaríamos en estas, para qué tanta polémica si el final iba a ser el mismo. Yo tampoco creo que la gente deje de cenar, de tomar copas o café simplemente porque se prohiba fumar, pero no deja de "romperme" las pelotas el hecho de que nos dediquemos a improvisar en este país con cada decisión que tomamos.