miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿MIEDO AL DIFERENTE?



Es, seguramente, uno de los temas más difíciles de tratar. Primero porque si arriesgas a decir algunas verdades tienes la certeza de que serás tachado de racista. Segundo, porque no se trata, a mi juicio, de prohibir minaretes, sino de entender que es posible que más allá del hecho migratorio, es posible que exista una razón social. Y por último porque es relativamente sencillo hacer demagogia ideológico-religiosa de cualquier tema que afecte a lo sucedido en Suiza el domingo pasado.

Lo único seguro es que un 57% (de los que votaron) se inclinó por el rechazo a disponer de más "atalayas" islámicas en los cantones del neutral país centroeuropeo. Lo fácil es decir que la ultraderecha ha conseguido lo que quería y que el miedo al diferente ha sido más poderoso que asumir la realidad de la multiculturalidad que nos rodea.

Eso sería lo fácil, lo díficil sería entender que la gente de lo que tiene miedo es a aquellos que son capaces de abatir torres gemelas, volar por los aires trenes, vejar a las mujeres tapándolas con un burka, secuestrar cooperantes por el mundo o llamar a la guerra santa poniendo al mundo en jaque empezando por su anhelado Al-Andalus.

Ya he escuchado antes las monsergas de nuestro catastrófico pasado, del Imperialismo occidental y la reacción del más débil o de la utilización interesada de los Yankees en los conflictos de Oriente Próximo. Sin embargo, y siendo justos, es demasiado evidente que hoy por hoy su imposición supera a la nuestra.

El dilema es ¿Quién alimenta el odio de quien?.

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