jueves, 3 de diciembre de 2009

NO A LA LEY DE LENGUAS


La ley que plantea el gobierno del Sr.Marcelino (Chunta lleva años insistiendo con el tema) es parte de una cultura acomplejada sobre nuestra propia tierra. Una ley, que salvando menores minorías,ni tiene sentido, ni respaldo, ni interés.

El cheso, el Literano, el Fragatino, el ansotano, el chistabín o el patués son realidades por sí mismas que no necesitan de reconocimiento escrito, para dotarse de legitimidad, trasmitidas por aquellos que desean mantenerlas, cuidarlas y extenderlas.

Crear una ley, donde se equiparen derechos y se unifiquen lenguas (el inexistente aragonés, o la inventada fabla) sería falsear una realidad, apocar las particularidades y favorecer los intereses interesados de aquellos que reclaman "idioma en mano" una parte de nuestro territorio, donde pocos (muy pocos) se consideran otra cosa que no sea aragonés (echadle un ojo a los resultados electorales de la mal llamada Franja).

Falsean nuestra historia, riegan con nuestra agua, roban nuestro legado y nos niegan nuestros bienes. De ellos, deberíamos aprender que la dignidad de un pueblo reside en la defensa de lo propio. Así que nos tachen de anticatalanes, porque tan débil es un pueblo que se resigna como aquel que cree que la letra con sangre entra.

YO TAMBIÉN DIGO: NO A LA IMPOSICIÓN DEL CATALÁN.

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