Cuando intentas hacer cosas en grupo, suelen existir dos problemas, compaginar horarios y que existan suficiente sitio para poder ir todos juntos. Así que dos semanas después de infructuosos intentos, "la familia trapp" pudimos asistir a la que ya todos denominan película del año.
Palomitas por doquier, algo para pasar la ingesta de maiz y al cine. Lo original del asunto era la vision 3-D, así que los siete con look "Jose Feliciano" (¿Puede existir careto humano al que le sienten bien semejantes gafas?) dispuestos a alucinar con efectos especiales nunca vistos y la producción más cara de lo que va de historia, que no es poco.
Arcadio echó de menos los trailers (y es que para mi cuñado el cine es más que una película, un ritual), sin embargo ni a él, ni a ninguno nos defraudó la tarde.
Cierto que la historia no tiene nada de novedad (aunque Tamara terminara diciendo que desearía vivir en un mundo tan ideal, por lo de naturaleza...¡jodida María!), pero resulta asombroso cómo puede llegar a rozar la realidad más absoluta unas cuantas imágenes creadas por ordenador, simplemente brillante. ¿A donde podremos llegar con esto de la realidad virtual?, tiempo al tiempo...RECOMENDADA.
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