
Estuve semanas sin parar de reirme de la "zagala" aquella que decía haberla "liao parda" por echarle no sabe muy bien qué la muchacha en la piscina de una comunidad. Los controladores no se han quedado a la zaga, pero con menos gracia y con una factura económica y de imagen que nuestro país no puede permitirse.
Estos "tipejos" porque si los califico de otra manera aún me arriesgaré a recibir alguna querella (uno desea sentirse importante, así que permitidme la licencia), debieron sufrir una importante enajenación en la tarde del viernes, de otra manera no alcanzo a entender cómo pueden haber creado semejante caos y no ser conscientes que España lo que menos necesitaba es verse paralizada con un sector tan estratégico como el turismo en juego.
Podrán argumentar que la soberbia del gobierno no tuvo parangón al publicar el decreto de sus nuevas condiciones laborales en un día tan propicio, pero huelgan las palabras al ver miles de personas "tiradas" en los aeropuertos, el espacio aéreo paralizado y los militares poniendo orden aunque fuera con retraso.
Utilizar el Estado de Alarma es un recurso que permite nuestra Constitución, así que nadie se tire los trastos a la cabeza por la medida, pero lo que no se si nuestra Constitución permitirá es que dadas las circunstancias se forme a los que se tenga que formar y se mande a este hatajo de insensatos a la calle, porque de otra manera, los ciudadanos seguiremos sin entender cómo después de tantos meses, tantos dimes y diretes, tanta coña con el tema, hayamos llegado a sufrir las consecuencias de unos trabajadores que jugaron a ser Dioses, marchándose de rositas, porque lo que muchos, casi todos, tenemos claro, es que con este gobierno ajustaremos cuentas en un par de años....si no es antes.....
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