Hace falta ser muy valiente para emprender en una situación económica como la actual, y más, cuando incluso propios (entre los que me incluyo) y extraños (entidades bancarias especialmente) vieran únicamente riesgos donde ellas aportaban ilusión y fe en su proyecto.
De aquello ha pasado un año, un año donde han convertido al "Milolismo" a buena parte de Mataró, con el pastel de zanahoria por bandera (si no lo habéis probado siempre tendréis pendiente una visita a mi ciudad de adopción) y con el trato que únicamente Yolanda y Manoli son capaces de dar, y quizás, más allá de las harinas, el ágabe y otros ingredientes desconocidos para el gran público, el hecho diferenciador de un negocio.
Os lo merecéis, entre otras cosas por sufrir en vuestras carnes a un hermano como mi cuñado, por alimentar a garbanzo limpio a Martina los miércoles, o por convertirnos en nuestro refugio particular cuando el día a día se hace insoportable. Por eso, y por haber creído en vuestra idea, haberla puesto en marcha y mantener vuestra sonrisa aunque no siempre sea fácil.
Desde este humilde blog, ENHORABUENA MILOLA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario