EL DÍA DE DESPUÉS

Uno puede tener la sensación que con los resultados acontecidos, únicamente tiene que ser el PSOE el que reflexione sobre la debacle sufrida en las elecciones generales de ayer.

Y seguramente cuando uno obtiene 186 diputados, gana en 14 comunidades autónomas y obtiene la mayor cantidad de votos de su historia, lo que toca es felicitarse y sobretodo en unas circunstancias tan complicadas como las actuales, organizar un gobierno que sea capaz de cuanto menos dar la sensación que tiene claro qué hacer para salir del atolladero en el que andamos metidos.

Sin embargo, y atendiendo a dichas circunstancias, uno si se para a mirar los resultados por comunidades, y Cataluña y el País Vasco lo dejo para mañana, al asomarse a los votos (siempre insisto en olvidarse de los engañosos porcentajes) de Madrid, Valencia, Navarra o Cantabria llevan a preguntarse si realmente el PP ha tocado techo en dichos graneros y comienza a hacer mella los años de gobierno, por lo menos en lo que a las dos primeras se refiere (con los escándalos de Camps incluídos), quedando la tercera en la misma situación aunque con los coaligados de UPN.

Por contra y en el lado positivo, tres Comunidades parecen haber liquidado las mayorías socialistas, y mientras en Castilla La Mancha y Extremadura se consolida el cambio iniciado en mayo, en Andalucía parece anticiparse una posible victoria popular en las autonómicas de la primavera próxima (otra cosa será gobernar, porque únicamente cabe mayoría absoluta).

Aragón muestra la tendencia de cambio, Galicia consolida el tirón provocado por la victoria de Nuñez Feijoo, al igual que Baleares con Bauza, Murcia exprime su mayoría hasta límites insospechados, Castilla Leon se consolida como el granero más fiable y Canarias se convierte en una especie de laboratorio de análisis a medio camino del hundimiento conjunto de CC y PSOE.

Así las cosas, una victoria clara, indudable, incontestable, pero que deja algunas dudas respecto a un partido que sigue teniendo dos "patas" demasiado cojas y que tienen unas particularidades que sería interesante plantearse cómo poder cambiar, antes de que suponga un problema no tanto político, sino social....pero esto lo dejamos para mañana.