lunes, 17 de septiembre de 2012

EL PACTO FISCAL, O COMO EMBAUCAR AL PUEBLO


Cuando a uno no le quedan argumentos culturales o raciales (aquí lo del rh negativo como que no cuela) para sumar mayorías que permitan el objetivo último de sus voluntades, porque sería de ciegos pensar que el nacionalismo nunca ha tenido una voluntad independentista (diga Pujol padre lo que diga, sus propias memorias le delatan), qué mejor que la repetición de una idea atacando el sentimiento más íntimo y ufano del ser humano, como que nos meten la mano en el bolsillo, para justificar el fin.
 
Porque si algo se repite, yo llevo siete años y estoy harto de escucharlo, por parte de los nacionalistas, moderados o no, es aquello del España nos roba. Y ya sabéis aquello que dijo tan indigno personaje "una mentira repetida mil veces....".
 
El independentismo ha conseguido centrar el debate, sumando adeptos ideológicamente muy alejados de posiciones separatistas, por que a su entender España no nos es rentable, exigiendo publicar las balanzas fiscales (más tarde desmontaré las mismas) como ejemplo del expolio fiscal que sufrimos (si, si, expolio) y de la constante vejación sufrida por esta tierra solidaria con los pobres pueblos españoles (escribid los adjetivos, por si os parecen muy duros, y los encontraréis en boca de políticos y lo que es peor, de gente común como tú y como yo).
 
¿Y porqué es mentira os preguntaréis?, ¿Cómo me atrevo a contradecir datos que apoyan organismos públicos tan poco dudosos como el Ministerio de Hacienda?, ¿O acaso me pierde un españolismo rancio y de baratillo?, pues, siento deciros que ninguna de las tres.
 
Siendo justos, y es una cosa que te convences cuando paseas por Cataluña, esta tierra tiene una pujanza industrial y económica que seguramente no tiene comparación con otras partes del país. Es evidente también que históricamente ha sido un pueblo entregado al comercio y con facilidad para vender las bondades de sus productos y que dispone de una situación geoestratégica que en el mundo de los negocios juega un papel capital. Así que sería de necios negar que la aportación de Cataluña es del todo importante para las arcas de este Estado nuestro.
 
Pero de ahí a considerar que mantenemos al resto de paisanos, que mientras aquí sufrimos por culpa del "Estado opresor" mientras en Andalucía viven como reyes con nuestros impuestos, dista un trecho que merece la pena poner en cuarentena.
 
Cataluña, no únicamente dispone de una importante industria, sino de un sector servicios-turístico de los más importantes de la península. Pero también, y estoy hay que tenerlo muy en cuenta (y no hablo de Madrid, porque no toca, pero el caso es todavía más flagrante) dispone de servicios centrales y departamentos de empresas multinacionales que dada la situación de Cataluña (y su peso político e histórico) mantienen en esta tierra sus "cuarteles generales" en representación (en la mayoría de las ocasiones) de toda la península ibérica, liquidando por tanto aquí sus impuestos (el IVA en una parte importante está cedido a las CC.AA, 50%) que han pagado por ejemplo compradores de Guadalajara o Teruel, que no disponen de los mencionadas centrales en su territorio. Al mismo tiempo esas empresas, tienen también trabajadores que suponen IRPF y otros impuestos especiales directamente cedidos a ayuntamientos.
 
Y no únicamente eso, sino que dado que existen dos evidentes centralismos eternamente enfrentados en este país, unos y otros se reparten organismos públicos para contentar, y que suponen sueldos a cargos del herario público que nunca se contemplan en las mecionadas balanzas (Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, por poner un ejemplo).
 
Además, mientras les señalamos con el dedo, acusándolos de esquilmar nuestros esfuerzos, nos olvidamos que puesto que tenemos playas, sol y buen clima, buena parte de nuestros vecinos (entre ellos esos tipos rudos aragoneses) mantienen sus segundas (primeras muchas veces tratándose de jubilados) residencias en nuestro territorio, aportando no únicamente impuestos (directos a las arcas municipales, IBI, basuras) sino generación de recursos directos en nuestra economía productiva.
 
¿Y esto lo explica todo?, es evidente que no, no puedo ni quiero contradecir con números la aportación económica esencial que Cataluña realiza para el conjunto del Estado, y que mientras unos aportan, otros (por razones muy profundas que darían para otro par de entradas) reciben, y que seguramente no es justo, ni equitativo que después de tantos años no se exija nada a cambio o no se facilite una mejor financiación a los que aportan. Pero insistir en el ESPAÑA NOS ROBA, es ahondar en el reduccionismo barato y simplista, porque les guste o no, España sigue siendo un negocio rentable para Cataluña y exigir otro concierto económico (el del País Vasco debería sería derogado si se diesen datos reales del mismo) que ahonde en las diferencias económicas que ya nos asolan como país.
 
Además, ¿Es Cataluña víctima de deciciones ajenas, o se omiten interesadamente decisiones que dejarían al descubierto aquello de Madrid es la causa de todos nuestros problemas?. Pues mañana seguimos, si alguno ha logrado llegar hasta aquí.


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