Los últimos atentados terroristas sufridos por españoles en el extranjero ponen de manifiesto que ni la "Alianza de Civilizaciones", ni la salida de Irak, ni todos los gestos conciliadores que cualquier gobierno del mundo tenga con el RADICALISMO sirven para nada.
Como cualquier tipo de fanáticos, sólo ellos tienen la verdad y cualquiera que no siga sus doctrinas son enemigos a exterminar.
Muchos son los que dijeron tras el 11-M, incluído aquel argentino de la cena, que aquello fue la consecuencia de una foto inoportuna e innecesaria. Muchos fueron los que señalaron con el dedo acusador a los que defendimos la invasión de Irak como cómplices de lo sucedido. Y muchos serán hoy los que no entiendan los sucedido hoy en Yemen.
¿Porqué españoles? Hoy ya no hay foto, hoy ya no hay tropas y hoy ya no hay política exterior agresiva con los territorios del Islam, más al contrario. Y sin embargo siguen matando.
Ellos, los islamistas radicales, son el enemigo, símplemente porque ellos lo han decidido, nada justifica sus hechos, ni nada explica sus actuaciones, porque nada existe más allá del odio a lo diferente. Y nos seguiremos excusando diciendo que fue Aznar el culpable de más de 200 muertos y buscaremos excusas para no comprender que caigamos como moscas cuando ellos dispongan.
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