Hay cosas que no por ciertas, me terminan resultando innaturales, en el sentido más sentimental de la palabra.
Hoy al ver llegar a mi madre a la habitación, en la cama, con goteros colgando, pálida, me he dado cuenta que hasta el momento siempre había sido al revés, siempre había sido ella la que cuidaba de nosotros, y que la vida, tan grotesca, tan feroz, vuelca las situaciones que hasta el momento eran naturales.
No es la primera vez que me sucede, pero quizás en este momento, con una cierta edad, he sentido, que ha llegado el momento de devolver todo lo que he recibido, más cuanto ha sido tanto y tan bueno.
A mis padres, que hoy juntos, viven un capítulo más de esta historia, que siempre merece la pena....un beso enorme.
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