Un día, sin sabe muy bien porqué, te das cuenta, que te haces mayor. De repente, al llegar de ¿trabajar?, entras en casa, y una tia te dice que no son horas de llegar, que es tu ¿mujer? y que está hasta el gorro de hacerlo todo.
Ese mismo día, revisas el móvil y te das cuenta de que de las últimas diez llamadas, cinco son de la "tía esa", otras tres de "mama y papa", una del "curro" y la última del amigo que te llama el lunes a las 12 para contarte su "escapada" del sábado. Y en ese momento caes, que llevas más de tres semanas, sin recibir un mensaje que no sea de publicidad, que los viernes y los sábados por la tarde puedes dejarlo en casa porque no lo usas y que tu vida social se ha acabado.
Analizas esos tres últimos fines de semana, y el primero visitaste a la abuela, el segundo cena en casa de los suegros y el tercero (y tirando la casa por la ventana) te tomaste un "pelotazo" en casa del tio "de la tia esa que contaba al principio"-
¡Coño!, me he hecho mayor, me levanto temprano (y solo), limpio las cosas (sin gritos), ¿Habré madurado?. Preocupado, marco, llamo a Roncho, hablamos y vuelvo a los 16. Quizás nunca he dejado de tenerlos, quizás sea una enfermedad, pero es tan feliz la ignorancia...
3 comentarios:
Yo prefiero pensar que nuestras prioridades han cambiado, no es que nos hagamos mayores, simplemente nuestras vidas cambian al igual que nuestras obligaciones. Quitando eso, seguimos siendo niños, por lo menos yo lo intento, tal vez sea porque quiero tener para siempre ese complejo de Peter Pan que me permite disfrutar de cosas simples, demasiado simples para un adulto y seguir soñando y planeando lo que quiero ser "de mayor".
Besitos.
Nota: la tía esa va a leer el post y no sé yo si le va a gustar mucho pasar del post de los ocho meses a ser "la tía esa". XD. Besitos a los dos.
Tranquilo Ruben, que mala hierba nunca muere! un besazo pareja!
La tía esa ya conoce al tío este y no le viene de nuevo todo esto. Aunque creo que estos comentarios bien merece que esta semana planche él!!
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