No se porqué extraña razón del destino, mi transcurrir en la política, allá donde estuviera, me tocó vivir los más difíciles momentos de las organizaciones que tuve el orgullo de pertenecer.
Viví los momentos más bajos de UDE en la universidad, sufrí la más profunda soledad de las NN.GG del trasvase y la guerra de Irak y peleé en las difíciles aguas de un CJA olvidado.
De los primeros ya hablaré en otra ocasión, porque merecen una, sino varias, entradas. De los últimos (de los que faltan en la foto Adrián y Susana) me queda el placer de poder llamarles amigos.
Llegué a la secretaría del Consejo en uno de las situaciones más duras de la "casa", sin financiación, olvidada por las instituciones y atacada por las organizaciones que la habían arrinconado por no servirles como uno más de sus "tentáculos" sociales (cosas de la democracia y su forma de entenderla).
Trabajamos por utilizar los recursos (y lo que es más importante el dinero) de los contribuyentes en aquello para lo que era dotado por los presupuestos aprobados por las Cortes, que no era otro que fomentar el asociacionismo, proponer políticas para jóvenes e implementar programas dirigidos al futuro de los mismos.
Para ello tuvimos que "luchar" con la férrea estructura heredada (juicios incluídos), llegar a acuerdos con el recién creado Instituto de Juventud, recorrernos una a una las consejerías del gobierno y rebanarnos los sesos en encontrar los medios para acercarnos a la juventud aragonesa y convertirnos en su referente.
Como en todo, habrá luces y sombras, de lo que estoy seguro es que lo intentamos, que fuimos fieles a nuestras ideas y que nadie nos podrá reprochar nuestro compromiso.
Lo mejor, haberos conocido, poder seguir disfrutando cenas como la del viernes y saber que fueron más que dos años compartidos, sino, toda vida...
1 comentario:
Como pasa el tiempo..q foto..
Un fuerte abrazo
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