EL PRINCIPIO DEL FINAL

Cinco años de gobierno, una crisis como un templo y demasiadas improvisaciones no han sido capaces de llevarse por delante a Zapatero. Y cuando más creían haber solventado la papeleta, lo más cruento de la política, la aritmética parlamentaria, está resquebrajando no solo su gestión, sino lo que es más importante, la credibilidad de sus propios votantes.

Podéis estar seguros, que en estas tierras, estoy rodeado de votantes socialistas, empezando por mi mujer, y pasando por todas las esferas sociales imaginables. Aquí feudo inexpugnable, es donde uno realmente toma el pulso de la realidad social. Y os puedo asegurar que está pasando.

Unos cuantos les creyeron cuando dijeron que no había crisis, menos confiaron en su palabra cuando aseguraron que no llegaríamos a 4 millones de parados, pero si hay algo que el votante de socialista (por convicción o por odio, que de todo hay) no entiende son los giros imposibles. Ni los de izquierdas, ni los derechas.

Zapatero y sus "secuaces" están solos (tan "SOLOS" como les gustaba decir que se encontraba el PP la legislatura pasada), y por la mañana pactan subir los impuestos a los más ricos (que otro día comentaremos, porque al final los "paganini" somos las clases medias) y horas después se abrazan a CIU para aprobar el techo de déficit público, y lo que es más importante, ganar adeptos pensando en los PGE.

Con Galicia perdieron al BNG, con ERC les da miedo, el PNV no quiere saber nada desde "patxilehendakari", la izquierda sigue hundida, Coalición Canaria gobierna con los populares en su comunidad, la jugada maestra de UPN se ha quedado en el aire (visto lo visto), y para peor suerte los Convergentes juegan con un muñeco roto llamado ZP, que empieza a sentir, que como nadie lo remedie, esto acaba en elecciones anticipada. Tiempo al tiempo...