jueves, 6 de agosto de 2009

CARRETERA Y MANTA

La primera de nuestra paradas vacacionales ha tocado a su fin. Han sido cinco días de básicamente no hacer nada, a parte de dormir, descansar y desconectar. Sol (yo creo que nunca había tomado tanto, aunque después por cosas de la pigmentación no se me notará...) y buen "chute" de padres (que en la distancia, como que la cosa cambia).
Y así hemos dejado esta tarde Alcocéber, y adentrándonos por las carreteras del Aragón "profundo" (Batea, Maella, Caspe) hemos llegado a casa (o a la de mis padres, que con esto del matrimonio uno pierde la noción si le pertenece aquello que fue siempre suyo o símplemente nunca lo fue). Mientras Maribel me contaba de "cabo a rabo" las cinco primeras temporadas de la serie Perdidos (y juro haber atendido, que de incrédulos está lleno el mundo), la lluvia caía y la carretera se alargaba en la noche cerrada. De película. La pena no poder haber pasado de día, porque si bien el paisaje no es que sea de postal, si merece la pena que "la Mari" conozca un poco más de mi tierra, aunque sea por la ventanilla y a toda prisa.
El caso es que al pasar por aquella "zona", ha sido inevitable recordar aquellos "parches" con mi Tuna, de fiesta en fiesta, en Santa Águeda, o en el Patrón de turno, compartiendo risas, rememorando historias, que tras la visita de rigor, siempre aparecía cualquier ocurriencia que aportar a nuestra colección. Inevitable pensar que pasa demasiado rápido el tiempo, que "penita" por Dios, no somos nadie...

2 comentarios:

ItxiPitiki dijo...

Curioso!!!
Yo tambien he hecho esa misma ruta, hoy tambien y desde Peñiscola. Ahora estoy en pleno cambio de maletas para salir esta noche hacia el norte, no hay un minuto que perder.
Felices vacaciones!!!

Irene

Rubén Losilla Morales dijo...

Disfruta de las vacas....tú también. A mí ya se me han acabado.