Así estoy, con treinta y uno a la espaldas, jodido pero contento después de un sábado lleno de buenos recuerdos (y como toca llegada una edad, costillada, cafes, merienda y a la 1 en casa).
Un día intenso, y como de bien nacidos es ser agradecidos, gracias a mi amigo Tronch por organizar tan magnífica sorpresa, a Mari por hacerme feliz y a todos por haber estado.
Nos vemos en los bares...
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