Exactamente once minutos acabo de pasarme riéndome a carcajada limpia con él. Tan cierto es que no tengo tanta relación como con otros de mis amigos, como que es el primero (junto con Jesús) que me acompañaba en preescolar de la Safa.
El "tío Enrique" es un personaje tan particular como el patio de mi casa, capaz de pasarse años hablándose de usted con Javito, o liarla con unos desconocidos sentado en una mesa durante más de siete horas en una mesa de un garito de abuelos. Genio y figura.
Desde hace tres años es "atacado" por un misterioso mecanismo físico, que cuando se excede en sus trasnochadas, le relega a un periodo de calma para saciar la voracidad de la raspa que le carcome. Y así anda, luchando sin descanso, por ello y por que se lo merece quería dedicarle esta entrada.
Siempre he pensado que mis amigos parecen por momentos un club de autoayuda, porque parece incréible que personalidades tan diversas sean capaces de sentirse cómodos haciendo las cosas que hacemos.....larga vida a los Reyes.....
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