martes, 17 de noviembre de 2009

CAGADA TYPICAL SPANISH



Hoy todo el mundo se felicita de la liberación del atunero que llevaba 47 días retenido por unos piratas en el cono de África, es evidente que yo también me alegro, sin embargo no dejo de tener la sensación de que tanto en la forma como en el fondo se trata de una nueva demostración de cómo hacer las cosas, tarde, mal y nunca.

Desde 2005 se vienen apresando barcos en, ahora, tan famoso caladero de Atun, unos meses antes asistimos a la liberación de unos pescadores franceses a cargo del ejército galo. Y mientras todo eso sucedía aquí símplemente parecía que la cosa no iba con nosotros, y de hecho no iba, hasta que saltó la noticia del secuestro del Alakrana.

Con bandera española, vasca o símplemente bajo pabellón de cualquier isla perdida del Caribe (cosas de paraísos fiscales) más de 50 pesqueros con tripulantes patrios acuden anualmente a la captura en aguas Somalíes. Y tan evidente como aquello era que el oscuro negocio de los secuestros era una realidad palpable.

Tarde y mal como siempre, enviamos dos fragatas a defender a los nuestros, tarde y mal gestionamos una situación límite por tratarse de personas y tarde y mal accedimos al chantaje sin dar un golpe de autoridad que disuada a los piratas de volver a atacar a uno de los nuestros. Mientras retenemos a dos "infelices" sin la absoluta certeza de no terminen convirtiendo en moneda de cambio dejando a la justicia en ridículo, Garzón a parte.

Hoy es un día feliz, pero otro día triste, donde deberíamos preguntarnos, si será posible, que alguna vez hagamos las cosas a tiempo y si puede ser, y por variar, bien.

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