martes, 17 de noviembre de 2009

NUNCA ES DEMASIADO I



Si echárais la vista atrás, repasando alguna de las entradas sobre las mismas fechas de años anteriores, encontraríais mis frustraciones al volver de algún Certamen con la sensación de que una de mis mayores pasiones se acaban, sin que nada estuviera en mis manos por solucionarlo.

Sin embargo, y vaya usted a saber porqué, Valladolid me ha dado la oportunidad de recobrar la ilusión y disfrutar de un fin de semana de canciones, amigos y recuerdos, aunque esta semana lo esté pagando con creces (los años no pasan en balde).

Y es que en la ciudad del Pisuerga se celebraba este año el Certamen Nacional, y nada menos que 24 aragoneses y un belga me dieron una de las mayores satisfacciones posibles.

Después de desembarcar por partes y hacer un pasacalles a golpe de "Ebro", nos encerramos en un bar llamado Napoli, donde mientras unos llegaban, otros cantaban, todos bebían, unos británicos flipaban, tres camareros aguantaban y parecía increíble tan solo estar viviéndolo.

No podría asegurar con certeza si pasaron cuatro horas, de lo que estoy seguro, que símplemente hay que vivir una de esas noches, canción a canción, copa a copa y risa a risa, sublime.

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